Actividades especiales: Andrés Caicedo

En el marco de las actividades especiales que se llevarán a cabo en el Espacio BAFICI (Guardia Vieja 3332, bien cerquita del Abasto), por donde pasarán consagrados realizadores como Claire Denis, José Mojica Marins y Ron Mann -entre otros-, vale destacar la Mesa Redonda - Andrés Caicedo: Cine, Drogas, Salsa & Rock'N'Roll.

Este personaje poco conocido por nuestras latitudes, es todo un referente de la cultura colombiana: nacido en Cali, en 1951, se suicidó con apenas 25 años, el día que le llegó el primer ejemplar de su novela ¡Que viva la música! (recientemente editada en nuestro país por primera vez). Fuertemente vinculado no solo con la literatura, sino también con la música y el cine, el multifacético Caicedo lideró movimientos culturales como el grupo literario los Dialogantes, el Cineclub de Cali y la revista Ojo al Cine.

Su obra se ofrece como una alternativa al realismo mágico de su compatriota -y mayor exponente de la literatura de su país y prácticamente, de toda Latinoamérica- Gabriel García Márquez. Tal como dijo el crítico de cine chileno Antonio Fuguet (que integrará la mesa redonda, junto a Luis Ospina -director del documental Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos, que también estará exhibiéndose en el festival- y el local Javier Porta Fouz), "mientras García Márquez, el mismo año, se maravillaba con las mariposas amarillas, Caicedo se obsesionaba con Taxi Driver y los Stones".

En teatro dirigió sus propias obras - La piel de otro héroe, Recibiendo al nuevo alumno, El mar - y en 1972, realizó su única e inconclusa pieza cinematográfica: Angelita y Miguel Ángel, basada en un relato propio y codirigida por Carlos Mayolo.

En la actualidad, la obra de Andrés Caicedo es objeto de culto, especialmente entre los jóvenes. Es que -según Washington Cucurto- "todo aquel que conozca la salsa de Rubén Blades y a Caicedo se dará cuenta que la vida puede ser otra".

La Mesa Redonda, que se llevará a cabo el lunes 30 a partir de las 19 con entrada gratuita (hasta agotar la capacidad del lugar), será seguida de una velada con una banda sonora posible para ¡Que viva la música!.

Además, pueden ver el documental ya mencionado, los días sábado 28 a las 20.15 y domingo 29 a las 21.15 en Hoyts Abasto y el miércoles 1 a las 13.45 en Arteplex Caballito (sin olvidar la función privada para acreditados y estudiantes, el domingo 29 a las 10,15, también en Hoyts Abasto).

Una genial oportunidad para acercarse a este personaje interesantísimo que fue Andrés Caicedo.

Para completar, un fragmento extraído de ¡Que viva la música!

¡Que lo disfruten!...

"Los labios son carne floja, yo lo sé, gusanos lisos enredados entre los dientes, que son, ya lo sé, un error de la naturaleza. Pero aquel fue el primer beso que me gustó en la vida. Me abrazó, y mi pelo se anudó al de él, color avellana madura. Al intentar separarnos para mirarnos en nuestra pasión, no pudimos, pues se habían anudado nuestros pelos, con lo cual no quiero hacer una figura literaria sino describir fielmente la abundancia de nuestras fuerzas. Este pelo que yo aleteo frente a un desprevenido transeúnte no es ni la sombra de lo que era. O digo mal, es precisamente eso: la sombra. Pero con este pelo a cualquiera le dispenso claridad en esta noche tan oscura. Qué rabia, tenemos luna llena pero no la dejan ver las nubes traicioneras. (...)"

"Yo siempre había pensado que el acto sexual era, cómo dijera, un asunto más repartido. En mis mediodías, me sabía ausencia, mitad de un hombre que andaría por allí buscándome, como guiado por el signo de no saber a la fija si yo existía o no. El rocanrolero resultó ser aquel hombre, pero yo no lo pude completar. (...) Él no salía de la satisfacción de verme tan bullosa y quejosa y suspirando arriba y abajo, pero siempre el dolor interrumpía su suficiencia. (...) Yo, viéndolo alejarse, silbando una canción que ya no era suya, pensaba: 'Le duele porque sabe que yo podía arrancárselo, colgandijo, si quisiera'. Digo, en un momento de brutal amor. No es tan importante eso: el amor. Hablo es por boca de Mariángela, que nos esperó oyendo música divina mientras yo perdía la virginidad y él gemía de rasguño espantoso y espantosa mordida, así sentí que le estaba haciendo, encima de la primera cama de agua (Made in USA) que veía."